Esta
época es muy peligrosa para mantener nuestro peso ideal. Las comilonas se multiplican y es muy difícil no caer en la tentación.
Quizás ya hemos tenido que enfrentarnos a cenas de amigos y empresa, pero lo
más duro llega ahora, a partir de Nochebuena, cuando el picoteo campa a sus
anchas y los manjares nos miran desde cualquier rincón. Lograr mantener nuestro
peso entre tanto exceso es difícil, pero hay diversas precauciones que podemos
tomar para no engordar, sin la necesidad de renunciar a estas cenas.
Empieza
el día haciendo ejercicio: Hacer ejercicio nada
más levantarnos no sólo nos ayuda a reducir el sedentarismo., basta con 45
minutos de ejercicio en la mañana para que nuestra inclinación por la comida
disminuya.
Pésate
dos veces a la semana: Uno de los problemas
de la Navidad es que solemos descontrolarnos, pasando por alto nuestros hábitos
alimenticios, y renunciamos a saber cuánto peso estamos ganando. Lo mejor es
pesarse un par de veces por semana, para asegurarnos de que nuestro peso no sube
demasiado.
No
piques entre horas: Durante estas fechas hay que saber decir
que no a ciertas tentaciones. En definitiva, mejor guarda fuerzas para las
comidas realmente importantes.
Apuesta
por las verduras y los platos al horno: Escoge el menú. Las cenas navideñas no tienen que ser hipercalóricos. Algunos
de los platos deberían ser a base de verduras. De segundo, lo ideal es un plato al horno. Lo importante, es deshacerse de la mentalidad de que las
comidas de Navidad tienen que ser abundantes. Esto es lo que se debe evitar, no
sólo para no engordar, sino para cuidar nuestra salud y la de nuestra familia.
Evita
ir al banquete en ayunas: Una de las prácticas
de las personas que tratan de no ganar peso durante la Navidad consiste en
“reservar hambre” para las cenas, comiendo lo mínimo el resto del día. Si llegas a la cena de Nochebuena con un
hambre espantoso lo más probable es que acabes comiendo mucho más de lo que
deberías. Recuerda: es muy fácil perder el control frente a una mesa
repleta de manjares.
Sé
selectivo: Es muy probable que tengas que enfrentarte
a todo tipo de entrantes, dos o tres platos y varios postres. Si te lo comes
todo vas engordar. Por ello es
mejor plantearse antes de empezar cuál va a ser el menú y seleccionar
cuidadosamente qué plato no queremos perdernos. Lo mejor es centrarse en el plato principal que
más nos gusta, tomando menos del resto, que son las partes que generalmente, tienen más calorías.
Cuida
lo que bebes: La bebida es uno de los grandes peligros.
No hay que decir que el
alcohol es la mayor fuente de calorías, pero también son peligrosas las gaseosas, cuyo
consumo se dispara en navidades. Evitar el consumo de alcohol por completo es
difícil, pero si no quieres engordar lo mejor es que tengas cuidado. No pasa
nada por tomar dos copas de vino, pero si tomas mas, te lo pasarás muy bien,
pero engordarás. Nadie dijo que mantener nuestro peso en Navidad fuera fácil.
Come
despacio: No es ningún secreto: comer rápido, además
de ser poco saludable, nos lleva a comer más. En las cenas
navideñas se suele comer especialmente rápido, pues hay mucha comida, y los
platos se suceden muy rápidamente. Concentrarse en comer despacio es la mejor
manera de controlar lo que comemos.
Renuncia
a los tapers: En Navidad siempre sobra comida que se reparte entre
los hermanos y primos para repetir al día siguiente. Si no quieres ganar peso en Navidad lo mejor
es que no entres en el reparto. Lo más probable es que vuelvas a tener
una comilona al día siguiente, y eso es precisamente lo que debes evitar.
Compensa
los excesos: No es necesario renunciar a las grandes
comidas navideñas para mantener nuestro peso, pero es necesario compensar estas con una dieta ajustada en los días sin
eventos. Lo ideal es apostar por las verduras, las ensaladas,
la carne y el pescado a la plancha. Si eres estricto en este sentido, no sólo
mantendrás tu peso, quizás incluso logres perder unos kilos.
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