La buena nutrición
juega un papel importante en la vida de las personas sin importar el grupo
etario al que pertenezcan, por tanto en el caso de los niños es necesario que
los padres sean garantes de promover y vigilar hábitos y conductas
saludables que incluyan una dieta balanceada, sobre todo durante la temporada
vacacional.
Según estadísticas de
la Organización Mundial de la Salud actualmente hay 40 millones de niños en el
mundo considerados obesos, 30 millones de los cuales viven en países pobres y
en desarrollo. En nuestro país el instituto Nacional de Nutrición estima que
“por cada diez niños, tres son obesos”, eso indica que en el futuro nuestra
sociedad será obesa. La obesidad infantil
es un gran reto para la salud pública, si logramos controlarla,
tendremos menos adultos obesos y menos problemas de enfermedades cardíacas,
diabetes, hipertensión arterial.
Existe evidencia de
que un niño obeso no es sinónimo de sano, el sobrepeso en edad temprana no es
más que el inicio de una serie de complicaciones importantes para su salud, que
se irán incrementando hasta llegar a la edad adulta
El periodo vacacional
puede ser el inicio o la instauración de hábitos poco saludables. Las
vacaciones suelen asociarse con dormir a altas horas de la noche por ver la
tele, navegar en redes sociales, u optar por pasar largas horas frente a una
consola de videojuegos. Este mal hábito conlleva a levantarse más tarde,
omitiendo con frecuencia el desayuno e incluso muchas veces hasta el almuerzo.
Este, entre otros factores como la recurrente ingesta de comida rápida,
golosinas y sedentarismo se convierte en un círculo vicioso que resulta el
detonante para que los más pequeños aumenten de peso durante la temporada
vacacional. Al retomar sus actividades les resulta difícil perderlo, dado que
se acostumbran a estos malos hábitos de alimentación y poca actividad
productiva.
Buena parte de estos
desajustes obedecen a que tanto papá como mamá tienen que salir a trabajar y lo
más práctico es darles comida rápida, aunado a que prefieren entretenerlos con
videojuegos en lugar de salir a la calle a realizar actividades físicas.
Las vacaciones no
deben ser sinónimo de descontrol, los padres deben procurar organizarse en
función a que se respeten los ciclos de sueño y alimentación de los niños.
Aunque éste no sea tan riguroso como en la etapa escolar, es necesario que el
niño mantenga sus hábitos de actividades diarias, incluso el receso vacacional
puede resultar el momento oportuno para considerar iniciar la práctica de un
deporte, instrumento musical, danzas, lectura, pintura, dibujo, teatro, en fin,
todas las actividades artísticas y recreativas que unan la diversión con el
desarrollo de habilidades y la creatividad del niño.
Recomendaciones:
1.- Los niños en edad
preescolar y escolar tienen unos requerimientos de energía particulares que les
permiten crecer sanos y fuertes.
2.- Para cubrir los
requerimientos es importante garantizarles la ingesta entre cinco y seis
pequeñas comidas al día: desayuno, merienda, almuerzo, merienda, cena y
merienda.
3.- Es recomendable
ofrecerles yogur y frutas en las meriendas, dejando de lado las chucherías,
jugos industrializados, bebidas azucaradas y gaseosas.
4.- Procure usar su
creatividad para variar el menú y sorprender a sus hijos con platos sabrosos
que incluyan vegetales y frutas
5.- Las golosinas
nunca deben usarse como recompensa o premio cuando el niño coma o se porte
bien. Utilice otras alternativas como paseos, juegos, actividades recreativas. No se le debe gratificar o castigar con las
comidas.
6.- La actividad
física es de gran importancia a esta edad, motive a los pequeños a jugar con
sus amigos o con la familia al aire libre, la playa, el parque son excelente
escenarios para experimentar nuevas actividades.
7.- Aproveche la
temporada vacacional para enseñarles a manejar triciclo o bicicleta, saltar la
cuerda, patinar, nadar, bailar, trepar, subir y bajar escaleras.
8.- Procure que
diariamente practique al menos 30 minutos de actividad física.
9.- Controle las
horas que dedica a la televisión, videojuegos y computadora.
10.- Numerosos
estudios y especialistas indican que la niñez (etapa preescolar) se caracteriza
por la adquisición de habilidades, pero también se trata de una etapa
determinante, pues se establecen hábitos y conductas alimentarios.
Recuerde: No hay
mejor manera de fijar hábitos en el niño que predicando con el ejemplo, en
ellos una imagen de papá o mamá vale más que muchas palabras.
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