Las
extensas jornadas laborales y las largas distancias entre el hogar y la
oficina, hacen que la mayoría de las personas se vean obligadas a comer en el
trabajo.
Mientras
los que tienen que preparar cada noche la lonchera con la comida para el día
siguiente se desesperan tratando de variar mínimamente su menú de ensalada de
pasta vs pechuga de pollo, los bienaventurados que disponen de tickets
restaurante o de comedor comunitario, se quejan de que les ofrecen platos
pesados y demasiado grasos y deciden optar por unirse al universo tupper.
Aunque
a muchos les falta la fuerza de voluntad, en general procuramos comer lo más
sano y ligero que podamos para afrontar la tarde. Cuando tenemos un día de
trabajo muy ocupado a menudo no encontramos ni un momento para comer algo
saludable, incluso a veces ni siquiera para tomar cualquier cosa a la carrera.
El
problema es que si no tomamos un almuerzo nutritivo se nos hace difícil
enfrentarnos a la tarde y, lo peor, es bastante más probable que terminemos tomando
un aperitivo azucarado y alto en grasas al final de la jornada.
Lo primero: cocina en
casa
Todos
coinciden en la importancia de llevar una alimentación basada en comida casera
y sacar el tiempo que tengamos para prepararla. La nutricionista deja cocinados varios tipos de verduras,
hidratos de carbono como papa, camote y proteínas (algo de pollo, pescado,
huevos cocidos…): “Así solo tengo que echarlo todo en un bol y tengo lista la
comida!”. Otros hacen filetes de pescado para comer durante la semana. Con un
rápida vuelta y vuelta en la sartén están listos para añadirlos troceados en
una ensalada de lechuga y darle un aire nuevo a tanto verde.
Nadie
va a negar que cargar la lonchera de un lado para otro es fastidioso, pero la
comida casera es la más saludable y económica.
Picar entre horas
Sí,
los nutricionistas también tienen hambre, en cualquier momento del día. Pero
procuramos tomar algún aperitivo que sacie el hambre sin aportar grasas ni
calorías. Todos coinciden en la importancia de no llegar a la hora de comer con
demasiada hambre para evitar ingerir con mucha ansia y recomiendan hacer unas
cinco tomas al día intercalando las tres comidas principales con aperitivos
saludables.
Por
ejemplo a media tarde un sándwich ligero o un poco de palta y por las mañanas una
fruta y un yogur y si tengo ganas de dulce opto por una onza de chocolate negro.
Cuando ya no vienes hasta la noche a tu casa siempre lleva una pieza de fruta o
una barrita energética. También es bueno llevar lo que quedó del día anterior,
cuando se come saludable en casa, eso es una solución
¿Y si como fuera?
Que
sí. Que estás intentando comer sano y casero pero… ¡Ups! Más de un día te dejas
el tupper en casa y te toca ir a buscar comida. Vas al comercio más cercano y
la oferta suele ser bastante variada, desde preparados frescos y saludables
hasta platos precocinados de cuyos ingredientes te fías más bien poco.
Llegan
las dudas: ¿aprovecho y me doy un capricho, o mejor cojo una ensaladita y me
dejo de comidas grasientas? Por si te sirve de pista para tu próximo olvido, Prefiere
siempre un sándwich de pollo a la
plancha o una ensalada con trozos de pollo; un sándwich de pavo con lechuga siempre
con “pan integral o de centeno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario