El cuerpo humano es sumamente complejo, y para su
correcto funcionamiento se deben tomar precauciones durante toda la vida para
llegar en las mejores condiciones a la tercera edad. En la actualidad, debido
que las personas tienden a vivir más tiempo, es común que se presenten
condiciones de salud que limitan las actividades físico-motoras. Uno de los
aspectos del organismo más afectado por las decisiones que tomamos en cuanto a
nutrición y falta de ejercicios, son los huesos y las articulaciones.
Y es aquí cuando se presentan lesiones importantes,
como la osteoartritis, la degeneración del cartílago articular, perdiendo la
capacidad del cartílago de amortiguar fuerzas y de lubricar la
articulación. El principal factor es la edad, pero también influye, en gran
medida, la obesidad.
Las enfermedades reumáticas son más frecuentes en las
mujeres, y aunque no se encuentra bien clara la razón se piensa que son varios
los factores que pueden influir, dentro de ellos, el factor hormonal,
considerado el más destacado.
Las personas que sufren de osteoartritis tienen dolor
óseo y limitación del movimiento, lo cual dificulta su desenvolvimiento. Pero
esto no son casos aislados, ya que esta
es una enfermedad que corresponde al cuarto padecimiento generador de
discapacidad a nivel mundial.
¿Pueden ser prevenibles?
Es posible al menos mitigar su impacto con estilos de
vida saludables como ejercicio supervisado, dieta equilibrada y evitar la
obesidad. Por eso, es necesario muchas veces contar con suplementos
nutricionales y las orientaciones profesionales adecuadas para cada individuo,
con tal de que pueda gozar de los beneficios del ejercicio de manera segura.
En cuanto a los tratamientos, hoy en día se habla de
tratamiento multimodal, donde el manejo debe ser multidisciplinario. Estos van
principalmente dirigidos al alivio del dolor con analgésicos o
antiinflamatorios.
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Hacer ejercicio con supervisión
De acuerdo con la Fundación de la Artritis, el
ejercicio regular y moderado aumenta la fuerza de los huesos y los músculos, la
flexibilidad y el nivel de condición física, que, a su vez, pueden fortalecer
la articulación y protegerla de daños. De hecho, el ejercicio moderado puede
incluso fortalecer el propio cartílago.
Sin embargo, ciertos tipos de actividades también
pueden acelerar la progresión de deterioro del cartílago. El daño al cartílago
puede causar inflamación, traumas y sustancias injuriantes que descomponen el
cartílago.
Por eso, es importante acondicionar el cuerpo antes de
entrenar y tomar las medidas necesarias, incluyendo suplementos nutricionales
que colaboren con la salud articular adecuada.
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