Si pensamos en comer
sano en vez de seguir una dieta adelgazante, tendremos muchas más
probabilidades de mantener el peso a la larga. Periodista experta en temas de
nutrición y salud, dice que su pasión por la comida sana y los buenos hábitos
de alimentación le vienen directamente de sus raíces. Quiere enseñarnos a
alcanzar el bienestar físico y psíquico, con una forma de vivir y de comer
natural, duradera y sin pasar hambre. Una estrategia global que difiere de las
habituales fórmulas para perder peso.
¿Por qué eligió el nombre de "Dieta holística
“para su libro?
Holístico viene
de ‘holos’, un término griego que significa ‘entero’. El
enfoque contempla al ser humano como un todo,
la dieta influye e implica a todo el organismo.
¿Qué le hizo
escribir este libro?
La nutrición es un
tema que siempre me ha interesado, creo que ha influido tener un pasado
familiar muy relacionado con la gastronomía, mis abuelos y padres se dedicaban
a la hostelería y mi vida se fue desarrollando entre recetas de cocina y consejos sobre el buen
comer.
Ha sido
subdirectora de la revista Elle y ha colaborado en revistas
femeninas de primer nivel, ¿cree que esto puede influir, en la necesidad de hacer dieta o de
adelgazar?
Ha sido todo lo
contrario, estos medios han hecho que sintiera la necesidad de comunicar
mensajes serios sobre nutrición, que no pusieran en peligro la salud de las
personas, con esas dietas sin base
científica que favorecen la obesidad. Mi vocación hacia la nutrición me ha
llevado a comunicar la alimentación como una forma de prevención, bienestar y
longevidad.
Llega el
verano y sacamos el método para adelgazar… ¿Cómo saber cuál es el correcto?
Para controlar el
peso, mejorar la salud y prolongar nuestra esperanza de vida deberíamos
recuperar nuestra alimentación tradicional, basada en el consumo de alimentos
frescos, poco procesados, consumir legumbres, verduras, frutas, frutos secos,
pescados, carnes de animales criados en libertad, y aceite de oliva virgen. En
cuanto empezaron en nuestra sociedad costumbres alejadas de nuestra tradición
gastronómica, las tasas de obesidad se dispararon. Otro consejo es que hay que
volver a cocinar. Y no quiero decir que
haya que pasarse mucho tiempo en la cocina: una ensalada, verduras a la plancha, pescado al horno, son
platos mucho más nutritivos, saludables y menos calóricos que cualquier comida
preparada.
¿Ha tenido
oportunidad de leer acerca de la Dieta Dunkan? ¿Qué opinión le merece?
Este tipo de dietas
son restrictivas, desequilibradas y se mueven en cortos periodos de tiempo. Los
kilos que se pierden rápidamente son a costa del músculo y del agua del
organismo, sin tocar prácticamente la grasa, son insostenibles a largo plazo y,
en cuanto se abandonan, favorecen la obesidad.
En su libro habla
sobre las enfermedades asociadas a la obesidad. El problema de peso no es solo de imagen, sino
de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes. ¿Cree que la
gente es consciente de esto? ¿Cómo se les puede llamar la atención?
Es difícil
concienciar acerca de la salud a los adolescentes y jóvenes. No se comprende a esa edad que las dietas más sanas son las
que más nos ayudan a controlar el peso a largo plazo. Centenares de estudios
asocian la comida rápida y el estilo de alimentación actual a mayores tasas de obesidad. El hábito de
seguir dietas adelgazantes para compensar excesos supone otro riesgo de padecer
en un futuro no tan lejano obesidad crónica.
En su
libro dice "la grasa corporal no es
un depósito inerte, es un órgano muy activo". ¿Podría explicarlo?
La grasa no es sólo
un almacén por el exceso de calorías, actúa como un órgano productor de sustancias inflamatorias
que afectan a múltiples sistemas del organismo. La peor de todas es la grasa
abdominal, que rodea e infiltra los órganos internos. La obesidad se define hoy
como un exceso de grasa, no como un exceso de peso.
¿Es cierto que
para que una pérdida de peso sea real y efectiva debe llevar tiempo?
Así es. Si pensamos
en comer sano, tendremos muchas más probabilidades de mantener el peso a
la larga y evitaremos desarrollar trastornos de alimentación.
¿En una dieta
controlada puede haber hueco para dulces, y cenas fuera del hogar?
Sí, está comprobado
que las prohibiciones provocan un mayor
deseo de consumir aquello que es prohibido.
El control del
estrés y las horas de sueño. ¿Estos factores si son descontrolados también pueden
provocar obesidad?
Provocan alteraciones
hormonales que se relacionan con un mayor riesgo de aumento de peso. Ahí
volvemos a lo del concepto holístico. Lo importante es seguir un tipo de
alimentación y un estilo de vida acorde con nuestros genes, que respete las
pautas con las que los humanos evolucionamos, que no suponga una agresión a
nuestra naturaleza humana.
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