Que basta tomar agua
para bajar la presión. Que el cuerpo nos pide "comer con sal". Que la
presión alta aparece por los nervios. Que un cafecito está totalmente prohibido
para los hipertensos. Que la actividad física puede provocar un ataque al
corazón…..Nada de esto es así y forma parte de un arraigado decálogo de mitos
de nuestra sociedad.
Sin proponérselo,
entidades médicas y otras organizaciones que se ocupan del cuidado del corazón
revelaron estas creencias populares que se transmiten como consejos de entre
casa, pero carecen de una explicación comprobada científicamente.
Los mitos que lastiman el corazón y los especialistas
los aclaran uno por uno.
1. Sé que tengo la presión alta cuando me duele la cabeza. La cefalea, o dolor de cabeza, es un síntoma "inespecífico", es decir que puede aparecer por muchas causas. En la mayoría de los casos, la presión alta no da síntomas. La única manera de saber si la presión no está dentro del rango normal es tomarse la presión. "No espere a tener síntomas”.
1. Sé que tengo la presión alta cuando me duele la cabeza. La cefalea, o dolor de cabeza, es un síntoma "inespecífico", es decir que puede aparecer por muchas causas. En la mayoría de los casos, la presión alta no da síntomas. La única manera de saber si la presión no está dentro del rango normal es tomarse la presión. "No espere a tener síntomas”.
2. Mi presión (alta) es nerviosa.
"Esto lo dice el 100% de los pacientes que llegan a la consulta. En
realidad, subestiman un problema evitable, que es la principal causa de.
"No es el nerviosismo por la espera o enfrentar el guardapolvo blanco lo
que le hizo subir la presión, sino el estado de su sistema
circulatorio",
3. No puedo tomar café porque soy
hipertenso. El consumo de café eleva de manera pasajera la presión, pero no
está demostrado que su consumo moderado (menos de tres tacitas por día)
provoque hipertensión.
4. Si hago ejercicio me puede dar
un ataque al corazón, los beneficios preventivos de la actividad física con una
intensidad adecuada y sin olvidar el chequeo médico básico (examen y
electrocardiograma), reduce un 35-40% el riesgo de infarto en una década. Tanto en hombres como en mujeres que caminan
con regularidad cinco o seis días por semana, el riesgo de infarto y ACV
disminuye un 35% luego de ocho o 10 años .Luego que el ejercicio se vuelve un
hábito su efecto en la salud cardiovascular puede ser "similar o superior
a muchos medicamentos. El problema es que requiere tiempo y
voluntad".
5. Hay que tomar mucha agua para
bajar la presión. La hidratación excesiva puede aumentar la presión sanguínea,
pero "una buena hidratación favorece el desarrollo de varios procesos
orgánicos. Tomar mucha agua hace bien, pero no influye en los valores de presión",
6. Cada vez que me tomo la presión
es diferente. Es normal que varíe durante el día; influyen la actividad física,
las emociones y hasta la temperatura. Suele ser más alta a la mañana y más baja
al dormir. El hecho de tomarse la presión provoca un estado de alerta, al que
el cuerpo reacciona con el aumento de la presión. "La presión cambia cada
vez que nuestro corazón late. Hay que acudir al médico si la mayoría de los
valores (en los controles) superan 140/90 mmHg
7. Para cuidar el corazón, hay que
tomar agua baja en sodio. En su consumo habitual, el aporte de sodio no parece
ser suficiente para provocar enfermedad cardiovascular ni hipertensión", Ese
consumo aporta, en promedio, un 10% de los 5,5 g de sodio que la OMS recomienda
ingerir por día.
8. Lo importante es tener la mínima
controlada. Esta idea surgió hace tiempo, cuando la medicina aún desconocía la
importancia de la presión sistólica o "máxima" y la presión
diastólica o "mínima". El aumento de cualquiera de esos dos valores
incrementa el riesgo cardiovascular. "Sin embargo, después de los 50 años,
la presión máxima se relaciona más estrechamente con el riesgo
cardiovascular",
9. Mejor bajar la dosis del remedio
para el colesterol porque tiene efectos secundarios. Está muy instalado en la
comunidad que el uso de esos fármacos, o estatinas, daña el hígado y los
músculos. "Está demostrado que bajar el colesterol en los pacientes
cardiovasculares o de alto riesgo prolonga la vida. Y hay que bajarlo mucho.
10. Necesito ponerle más
sal a la comida porque el cuerpo me lo pide. Además de mito, como la del
ejercicio suele ser una excusa muy frecuente a la hora de agarrar el salero en
la mesa y volcarlo sobre el plato sin siquiera haber probado un bocado. Por
eso, siempre los especialistas recomiendan probar la comida antes de salarla.
"La sal que el cuerpo necesita es la que está presente en forma natural en
los alimentos que consumimos. Ni más ni menos",
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