lunes, 14 de julio de 2014

CONOCIENDO LAS VERDURAS

PEPINILLO
El pepinillo es una hortaliza de bajo aporte calórico debido a su reducido contenido en hidratos de carbono, y a su elevado contenido de agua. Aporta fibra, pequeñas cantidades de vitamina C, provitamina A y de vitamina E, y, en proporciones aún menores, vitaminas del grupo B tales como folatos, B1, B2 y B3. El pepino no se considera una hortaliza rica en minerales, si bien el más abundante es el potasio. En menor proporción se hallan el fósforo y el magnesio. 
Su bajo contenido calórico, debido a su alta proporción de agua y a la baja presencia de hidratos de carbono, convierte al pepino en un alimento idóneo para dietas  hipocalóricas. 
Es un alimento muy refrescante, por lo que resulta perfecto para elaborar sabrosas ensaladas e hidratar al organismo. 
Si los pepinos están encurtidos pierden estas propiedades diuréticas debido a su alto contenido de sodio que se añade como conservante. Es de fácil digestión,  cuando se usa al natural e incluso se puede consumir con la cáscara, siempre que esté tierno. 
Su contenido de fibra le confiere propiedades laxantes.

LAS VAINITAS
Son un alimento con un bajo aporte calórico. Presentan menos de 30 calorías por cada 100 gramos. Este contenido calórico se debe a la presencia de hidratos de carbono, como el almidón, que se encuentra concentrado en sus semillas, así como a la presencia de una pequeña cantidad de proteínas. Son una buena fuente de fibra, aunque su contenido es menor al que encontramos en otros vegetales. Entre sus minerales destaca la presencia de potasio y calcio, y en menor proporción, yodo, fósforo, hierro y magnesio. También contiene cantidades apreciables de cromo. El calcio y el hierro vegetal apenas se asimilan en nuestro cuerpo si se compara con los alimentos de origen animal.
En cuanto al contenido en vitaminas, son buena fuente de vitamina C, folatos, y provitamina A o beta-caroteno, así como de B2 y B6, presentes en menor cantidad.  La vitamina C cumple una acción antioxidante e interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos. 
Son un alimento idóneo para incluir en dietas de control de peso gracias a su bajo contenido calórico, a su escasez de grasa y a su condición de alimento rico en fibra.
Tienen efectos diuréticos y depurativos, al ser ricas en potasio y pobres en sodio, por lo que favorecen la eliminación del exceso de líquidos del organismo.
Es un alimento a tener en cuenta en la dieta de la mujer durante el embarazo gracias a su contenido en folatos.  Los requerimientos de folatos son superiores también en los niños, por lo que incluir estas verduras en su alimentación habitual es una forma adecuada de prevenir deficiencias.

LAS CEBOLLAS 
Son un alimento con un escaso aporte calórico porque su contenido en agua es de alrededor del 90%. En la composición de las cebollas se ha de tener en cuenta su apreciable aporte de fibra y su contenido mineral y vitamínico, que la convierten en un excelente alimento regulador del organismo.
Las cebollas son una buena fuente de potasio, y presentan cantidades significativas de calcio, hierro, magnesio y fósforo. En cuanto a su contenido vitamínico, las cebollas son ricas en vitaminas del grupo B, como los folatos y las vitaminas B3 y B6. Presenta cantidades discretas de vitamina C y E, ambas con efecto antioxidante. Las propiedades de las cebollas se deben, más que a su composición nutritiva, a su abundancia de antioxidantes, entre ellos los flavonoides y los compuestos azufrados que son los que aportan el sabor y el olor característico.

Su bajo valor calórico hace que las cebollas puedan ser incluidas como acompañamiento de cualquier plato que forme parte de una dieta de control de peso. Además, gracias a su elevado contenido en fibra, la cebolla aporta sensación de saciedad tras su consumo, mejora el tránsito intestinal y favorece la eliminación del exceso de líquidos. El consumo excesivo puede ocasionar flatulencia. Por este motivo, personas con aerofagia, dispepsia o digestiones difíciles pueden no tolerarlas. No obstante, no se puede generalizar y habrá que valorar la tolerancia individual. Su digestibilidad difiere en función del método de cocinado; como mejor se tolera es cocida y, como peor, cruda y frita.


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