Coma verduras y
frutas de muchos colores y tipos diferentes. Asegure que por lo menos la mitad
de los granos que come son granos integrales. Coma solamente pequeñas
cantidades de grasas sólidas, aceites y alimentos con un alto contenido de
azúcar. Limite las grasas saturadas (alimentos que provienen de los animales) o
las grasas trans (margarinas, mantecas, y galletas dulces o saladas).
La cantidad que debe
comer depende de lo activo que es usted. Si consume más calorías de las que su
cuerpo utiliza, aumentará de peso. Con la edad, su habilidad de sentir sed
puede disminuir un poco. Tome muchos líquidos como agua, jugo, leche y sopa. No
espere sentir sed. Trate de tomar varios vasos grandes de agua cada día. Su
orina debe ser de color amarillo pálido. Si es de color amarillo brillante u
oscuro, necesita tomar más líquidos.
Comer más fibra puede
prevenir problemas intestinales, como el
estreñimiento. Es posible que también ayude a reducir el colesterol, así como
el azúcar en la sangre. Consuma a menudo frijoles, y lentejas. No le quite la
cáscara a las frutas. Escoja frutas
enteras en lugar de jugos de frutas. Consuma panes y cereales de granos
integrales.
El cuerpo no necesita
demasiada cantidad de sal. La mayoría de los alimentos frescos contienen algo
de sodio. A muchos de los alimentos enlatados y preparados se les añade sal. Si
es mayor de 50 años necesita cada día solo 2/3 de una cucharadita de sal.
Busque la palabra sodio, en el cuadro de
Información Nutricional. Elija los alimentos rotulados "bajo en sodio”. La
cantidad de sodio puede variar mucho de marca a marca.
La grasa en su dieta
proviene de dos lugares: la grasa contenida en el alimento y la grasa que se
añade cuando se cocina. Elija cortes de carne, pescado o aves (sin piel) que
contengan menos grasa. Use productos lácteos y aderezos para ensaladas bajos en
grasa. Use ollas y sartenes con acabados que evitan que la comida se pegue y
cocine sin añadir grasa. En lugar de freír los alimentos, trate de asarlos, rostizarlos,
hornearlos, sofreírlos, cocinarlos al vapor o en el microondas o hervirlos.
Conserve la
seguridad de los alimentos: Hay que ser precavidos y conservar los
alimentos para comerlos sin peligro.
Antes de cocinar, tenga cuidado con la comida cruda. Manténgala aparte de los
alimentos que ya han sido cocinados o que no van a ser cocinados, como las
ensaladas, las frutas o el pan.
Errores
comunes: Un exceso de fibra o de proteínas puede resultar dañino
después de los 50, su consumo normal no representa problemas. La alimentación
vegetariana tiene deficiencias que en esta edad pueden resultar más notorias.
Es importante comer saludable pero balanceado. No recomendables: café, gaseosas, tabaco.
En esta década, tanto la delgadez extrema como la obesidad actúan como factores
de riesgo.
Tengamos en
cuenta: El desarrollo de la masa ósea se empieza a detener desde
los 40 años, porque se reduce la producción de estrógenos se debe estar
pendiente de consumir alimentos ricos en calcio: yogur, leche descremada
o quesos bajos en grasa.
La avena, las
legumbres y los cereales, así como el pescado, hortalizas verdes, las almendras
y los higos, son ingredientes que debes tener en cuenta a la hora de preparar
los alimentos.
Recuerda no prolongar
demasiado el tiempo de cocción, para evitar que los alimentos pierdan
nutrientes. Consume alimentos ricos en fósforo, flúor y vitamina D, como
huevos, una o dos veces por semana, y verduras como zanahorias, El
sol debe ser tomado con moderación, ya que la piel pierde elasticidad y se arruga
con mayor facilidad. Las semillas y las nueces pueden ayudar a un intestino
perezoso.
Llegar a los 50 años es un evento de
celebración y alegría para cualquier ser humano, puesto que se llega a una
etapa de madurez y sabiduría en la vida. Pero, igual tenemos que ser conscientes
de que a esta edad el cuerpo va cambiando, y por ello, la alimentación se
vuelve un insumo fundamental para cuidar y mantener nuestra salud.
Alimentos recomendados:
Antioxidantes: Chocolate negro, café, té
y vino son recomendables en la dieta
después de los 50 años. Sin excesos, puede traer beneficios para la salud. Calcio: los
lácteos y sus derivados pueden ayudar a tus huesos. Vitamina B: la
encuentras en granos, carnes magras, legumbres, vegetales, frutas, huevos. Zinc: hígado,
las galletas integrales, cereales, pescados, carne, las legumbres, los panes integrales y los mariscos.
No olvides la
actividad física semanal. 50 minutos, 3 veces por semana. Según tu
estilo de vida y las enfermedades que padezcas, tu dieta diaria será distinta a
la de tus familiares, amigos y vecinos.
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