viernes, 16 de mayo de 2014

MICHAEL POLLAN, EL NUEVO GURU DE LA NUTRICIÓN DESATA POLÉMICA

Nutricionista y autor de ‘Cocinar’, tiene una receta de salud que parece muy sensata, no elegir alimentos industriales y regresar a los fogones. Está enfrentado a la industria alimentaria, una de las más poderosas del mundo. El pide promover un estilo de vida saludable. En su último libro, hace un recorrido por lo que él denomina una ciencia al alcance de todos. Su tesis es simple: pasar un rato en la cocina es la forma de conseguir una buena salud y alejarse de la obesidad y otros factores de riesgo cardiovascular. Desde California, donde reside, confiesa que se pierde por una bolsa de papas fritas, y que las ha desterrado de su casa.
Vivimos en una época en la que el tiempo es escaso y usted dice que la gente cocine. ¿Cómo convencería de ello a una persona ocupada?
Todos estamos muy ocupados, pero  conseguimos  tiempo para las cosas que valoramos. Si mira atrás, a hace 10 o 20 años, ¿hubiera dedicado 2 horas al día o más a utilizar Internet? El día sigue teniendo 24 horas y obtuvimos el tiempo, lo convertimos en una prioridad. Sugiero  que, cocinar vale la pena, revierte en una importante satisfacción, salud y placer.
En su libro, habla de trucos para hacer esta tarea más llevadera…
Hablo, de compartir la tarea de cocinar con la pareja, con los hijos. Así, parecerá que el tiempo vuela. En el libro hablo de cocina que lleva mucho tiempo, la cocina del día a día no tarda tanto. Hay mucha comida sana que podemos tener lista en menos de media hora.
¿Y cuáles  son las principales percepciones erróneas en torno a la idea de cocinar?
Nos han lavado el cerebro. Nos han dicho que cocinar es difícil y aburrido y puede ser divertido y sencillo. Cualquiera puede cocinar mejor que una empresa, porque estas no cocinan bien; hablo  de las compañías que fabrican alimentos procesados y las cadenas de comida rápida.
La obesidad y la enfermedad cardiovascular son un problema  en el mundo. ¿Cree que la cocina podría influir en la prevalencia de estas enfermedades?
Creo que lo mejor es cocinar, la mayor cantidad de días a la semana. Sabemos que las empresas cocinan con mucha sal, grasa y azúcar, todos contribuyen a este tipo de enfermedades. El aumento de la obesidad está unido a un descenso en la actividad de cocinar. Es fácil: en casa se usa menos sal, grasas y azúcar, es comer comida de verdad.
Reglas básicas para comer sano: Sus mensajes básicos: evitar los alimentos procesados, utilizar un plato de postre en vez de uno grande y comer más vegetales que carne. El escritor recomienda, mantenerse lejos de alimentos, como la margarina  y optar siempre que se pueda por comprar en mercados y no supermercados.
Su mensaje parece sencillo y, aun así, difícil de seguir, ¿por qué?
Hay varias razones, la más importante es el ‘marketing’. La gente no sabe el dinero que se gasta en convencernos de que comamos comida procesada. Saben de que el ser humano es perezoso por naturaleza,  de que estamos muy ocupados para cocinar y que hay muchos usos mejores del tiempo. Lo cierto es que este experimento social que llevamos desde hace 20 o 30 años, ha fracasado; lo vemos en nuestra salud.
Cree que una forma de solucionar esto sería aprender a cocinar desde niños?
Se trata de un hábito que hay que aprender desde la niñez. Somos  pocos los que cocinamos, los niños no lo ven como una parte normal de la vida. Tenemos que incluir la comida, el cultivo de alimentos y la cocina en el currículo escolar de nuestros hijos y enseñarles a satisfacer sus necesidades. Dejarles salir al mundo sin saber cocinar es irresponsable, no van a saber cuidar de sí mismos y no van a ser buenos compañeros.
Algunas de estas compañías tratan de promover hábitos saludables. ¿Qué opina?
A la industria alimentaria, le gusta que pensemos que el problema con el peso se debe a que no practicamos ejercicio. El deporte es muy importante y es muy bueno, pero hay poca evidencia de que el aumento en la obesidad esté ligado a un descenso en la actividad física. El  auge de los gimnasios y del footing, empezó en los años 80 y desde entonces la obesidad ha seguido aumentando.
¿Deben los gobiernos implicarse en la alimentación de la sociedad?
El consumidor no tiene  poder en su relación con la industria y le falta información. Es papel del Gobierno asegurarse de que la comida sea sana, de que recibamos la información necesaria. La industria se dirige a los niños, utilizando sus juguetes y sus personajes favoritos para recomendarles productos insanos. Ese tipo de ‘marketing’ ha de ser regulado,  gravar fiscalmente productos que contengan aditivos no saludables o apoyar con subsidios el cultivo de productos frescos y no como se hace en EE UU, donde se subvenciona el maíz, que se utiliza para fabricar azúcares. ¡Están pagando para crear el problema y para solucionarlo!


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