Llegó la temporada de colegio y pensamos en
cómo darles a nuestros hijos una rica y balanceada lonchera con alimentos
nutritivos. Sin embargo, nos olvidamos o dejamos para el final la bebida,
que es un elemento importante para la hidratación del niño.
¿Jugos
de fruta?
No. Los jugos son una opción saludable,
pero necesitan de refrigeración para no fermentarse, podrían generar una afección gastrointestinal
en el niño. Además, solo el jugo recién licuado y fresco tiene un mejor
potencial nutritivo, ya que conserva las vitaminas.
¿Infusiones? Sí son
recomendables, ya que algunas hierbas tienen propiedades digestivas,
antiinflamatorias, relajantes. Las recomendadas son: manzanilla, menta y anís,
ya que tienen un sabor dulce, pueden agregarles gotitas de limón para realzar su
sabor y conservarlas mejor. Se debe dejar de lado las que contengan cafeína,
teína, como el té o el café.
¿Cuánto
darle?
Debemos tener en cuenta que la lonchera representa solo entre el 10% y
15% del requerimiento calórico del día en el niño, por tanto, la cantidad de
líquido puede ser de 250 ml a 500 ml dependiendo de si hace actividad física o
no y el clima.
Las mas
recomendadas:
Las hechas a base de hierbas así como la chicha morada, las de frutas cocidas
como el agua de manzana, agua de piña, avena diluida (estas últimas, son
beneficiosas para el niño que realiza actividad física). Estas bebidas para
loncheras son combinables con todo tipo de alimentos.
¿Jugos
de caja?
No son recomendables debido a que tienen altos contenidos en azúcares
simples, poca fruta y más que nada colorantes. Actualmente el exceso de
azúcar es una de las principales causas de sobrepeso y obesidad en niños.
El peor enemigo es el alcohol
El primer
enemigo es el alcohol, que tiene mucha incidencia a la hora de aumentar de
peso. Esto puede explicarse en función de la actividad del hígado: mientras
este órgano trabaja para quemar el alcohol que el cuerpo ingiere, no puede
quemar las grasas que el proceso del organismo precisa. Además, la ingesta de
alcohol afecta al proceso hormonal y una de sus consecuencias es la sensación
de más hambre.
Otro hábito a
erradicar es el consumo de refrescos procesados, se puede notar una rápida
pérdida de peso con solo eliminarlos de la dieta. Los azúcares añadidos
significan calorías directas. Las bebidas light o bajas en calorías son una
buena opción, pero el exceso no es conveniente.
Ansiedad: Tomar muchas bebidas
gaseosas hacen que se coma más porque se siente una sensación falsa de
saciedad y rápidamente, se vuelve a sentir hambre.
¿Qué tomar?: En primer
lugar, agua, es lo más sano para los riñones y para la hidratación
del cuerpo en general. Dejar de lado las bebidas energéticas que tienen mucha
cafeína y muchísimos azúcares, conservantes y otros compuestos que almacenan
grasa en el organismo. Tomar té sin azúcar es una de los mejores remedios para
perder peso. Los beneficios del té son muchos: es una de las bebidas que más
ayudan a eliminar la grasa y expulsarla del cuerpo de manera natural. Olvidar
las bebidas con gas, si se toman jugos naturales o bebidas y refrescos sin gas
enseguida se notará el efecto.
Las ensaladas
Las ensaladas son un
plato que debe formar parte de nuestra dieta. Si elegimos bien los ingredientes
con los que prepararlas, puede ser un plato muy equilibrado, nutritivo y
saludable. Para conseguir que un plato de ensalada sea equilibrado desde el
punto de vista nutricional necesitamos complementarlo con un aporte de hidratos
de carbono y proteínas.
Éstos los podemos
incorporar en la ensalada (atún, pasta, lentejas, huevo). Como bien sabemos el
consumo de vegetales, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades
cardiovasculares, sin embargo, los profesionales de la nutrición alertan de que
no se consume ni la mitad de la cantidad diaria recomendada de hortalizas y
vegetales, un mínimo de 400 gramos diarios.
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