Los
complementos dietéticos deberían limitarse a pacientes de alto riesgo
Actualmente hay algunos complementos
dietéticos como los ácidos grasos omega 3, la vitamina D o la fibra que son
beneficiosos para reducir el riesgo cardiovascular y la hipertensión arterial
pero su uso debería limitarse a aquellos pacientes de alto riesgo, como
aquellos con una alteración del perfil lipídico, de la presión arterial o en
los que se considere que existe un riesgo cardiovascular aumentado, aunque
todavía no esté presente la enfermedad.
Aunque su utilidad es
"indiscutible" en pacientes en los que han detectado alteraciones del
perfil lipídico, deben ser usados con precaución porque, a pesar de ser de
origen marino, han sufrido grandes modificaciones en su estructura original y
podrían tener consecuencias no deseadas que no han sido estudiadas.
Asimismo consideran que en sujetos sanos se
debe defender la implantación de una dieta saludable rica en omega 3 de origen
marino, es decir, pescados, así como de omega 9 y fibras vegetales, que modulen
la absorción de las grasas, baja en harinas refinadas y azúcares que alteren el
metabolismo de los carbohidratos.
Todo ello debe acompañarse de una vida
físicamente activa y ejercicio programado habitual.
También es
recomendable evitar las conservas, precocinados y carnes saladas o ahumadas y
los embutidos, así como reducir el consumo de sal, aconsejando en su lugar
consumir una cantidad de 2 gramos de sal diarios, que equivale a la cantidad de
sodio que cabe en una cucharita de té.
El 100% de los niños
intolerantes a la lactosa no cubre la ingesta diaria de calcio
Y el 74,1 % de los niños no cubren la ingesta
diaria de calcio recomendada, según ha determinado el estudio 'Problemas
nutricionales relacionados con la ingesta de calcio en población infantil con
intolerancia a la lactosa'.
Cuando se es intolerante a la lactosa, el
consumo de yogur es de gran utilidad ya que este alimento se digiere con más
facilidad porque tiene menos lactosa en su composición. Pese a que
los productos lácteos aportan muchos beneficios a la dieta, muchas personas
dejan de consumirlos porque sienten algunas molestias cuando los toman, algo
que no es lo más recomendable. El consumo de lácteos ha sido relacionado con
una protección frente a diversas enfermedades como hipertensión, cálculos
renales, resistencia a la insulina u osteoporosis entre otras. Uno de los
problemas al eliminar los lácteos de la dieta es que la ingesta de calcio se ve
radicalmente reducida.
Cubrir las necesidades de calcio en cada etapa:
Los expertos recomiendan consumir de 2 a 3 raciones de lácteos al día en la
población adulta y entre 3 y 4 raciones durante el embarazo y/o lactancia para
cubrir de un modo correcto las necesidades de calcio en cada etapa de la vida.
Además, en la adolescencia y en la tercera edad también se recomienda la
ingesta de entre 3 y 4 raciones diarias. Si una persona sufre intolerancia a la lactosa, se recomienda
tomar yogur, dado que cada ración aporta únicamente 4 gramos de lactosa frente
a los 10 gramos de un vaso de leche. Hay estudios que apuntan que la mayoría de
personas con problemas de intolerancia pueden tomar hasta 12 gramos de lactosa
diarios sin tener molestias, si se consumen en varias tomas.
La
obesidad puede quitar trece años de vida
Dormir poco, aumenta el apetito, favorece la
hipertensión y la diabetes.
Hay que hacer dietas equilibradas. Sin carbohidratos
se pierde masa magra, no grasa
El estrés del trabajo engorda; la gente estresada
tiene más grasa visceral
Coja una cinta métrica y mídase la cintura. Así sabrá
si es obeso y si necesita ser tratado. Aunque como siempre, lo mejor es
prevenir: dieta saludable, ejercicio, dormir lo suficiente y controlar el
estrés.,
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