La cerveza es una
bebida natural obtenida por fermentación alcohólica de un extracto acuoso de
cebada malteada. Las materias primas necesarias para la fabricación de cerveza
son: malta de cebada, agua, levadura y lúpulo, aunque la mayoría de las
cervezas comerciales utilizan también otra fuente de hidratos de carbono
(habitualmente un cereal no malteado), un antioxidante, un estabilizante
de espuma y un colorante, que permite intensificar y uniformizar el color
del producto final.
El valor calórico de
una cerveza común se debe a su contenido en alcohol etílico (7 Kcal/g) Una
cerveza de 5º aportaría aproximadamente 450 Kcal/L, de las que dos
terceras partes corresponden al alcohol y el resto a las malto dextrinas. La
ingesta de un litro diario de cerveza aportaría un 17% de las necesidades
energéticas diarias de un hombre y el 22% en el caso de la mujer. La
cerveza sin alcohol tiene obviamente un valor calórico mucho más bajo, del
orden de 140 Kcal/L.
Propiedades funcionales.
El consumo ligero o
moderado de alcohol etílico tiene efectos positivos para el
organismo, siempre que se trate de individuos adultos y sanos. El consumo de alcohol reduce el nivel de
colesterol es decir, aumenta el colesterol HDL (“bueno”) y baja el LDL (“malo”)
por lo tanto reduce los riesgos de enfermedades cardiovasculares, y retrasa la
aparición de la menopausia.
La cerveza también es
fuente de folato. La deficiencia de esta vitamina da lugar a una síntesis
defectuosa de ácidos nucleicos y proteínas, y es la causa más común de la
anemia megaloblástica. También se ha relacionado esta deficiencia con mayor riesgo de padecer
adenoma colorrectal e infarto de miocardio. (Hay otros alimentos que lo
contienen)
Los flavonoides
que contiene, presentan diversas propiedades farmacológicas, tales
como efectos antiinflamatorios, antialérgicos y evita la proliferación de
las células cancerosas. Además, la relación de potasio a sodio es muy alta, lo
que le confiere un fuerte efecto diurético.
Conclusiones
Desde un punto de
vista nutricional, podemos considerar algunos aspectos favorables en el consumo
moderado de cerveza:
Su aporte
calórico es muy inferior al de cualquier otra bebida alcohólica y al de muchos
otros alimentos (un vaso de zumo de cualquier fruta u hortaliza aporta,
aproximadamente, las mismas kcal que un vaso de cerveza). Por tanto, la cerveza
no engorda, consumida con moderación. Sin embargo, lo que sí engorda son otros
hábitos y formas de vida (alto consumo de alimentos ricos en grasa y/o
contenido energético) que, frecuentemente, acompañan a un alto consumo de
cerveza.
Favorece la
digestión, ya que promueve la secreción de jugos digestivos y estimula el
apetito.
Se aconseja su
consumo diario a mujeres en periodo de lactancia, dado que estimula el flujo de
leche materna. Ente este caso la cerveza será sin alcohol.
En caso de anemia, es
un buen complemento dietético, ya que contiene minerales que son fijadores
del hierro.
La cerveza “sin
alcohol” puede incluirse en la dieta de personas hipertensas, ya que su
contenido en sodio es tan bajo como el del promedio del agua; y por su bajo o
nulo contenido en alcohol puede incluirse en dietas bajas en calorías (el grado
alcohólico de la cerveza “sin alcohol” debe ser inferior al 1% de acuerdo con
la legislación actualmente vigente).
Consúmala sin alcohol
Es recomendable que opte por beber cerveza
sin alcohol (en el Perú habrá que esperar, ninguna marca local la ofrece por
ahora). Un estudio realizado por la Agencia de Salud de Valencia (España),
demuestra que el consumo de dos cervezas sin alcohol al día aumenta los
antioxidantes de la leche materna, mejora su calidad nutritiva. A pesar de
tener varios puntos en contra, un estudio presentado en Bruselas, Bélgica, demostró que el consumo
moderado de cerveza después de practicar ejercicio físico es tan efectivo como el agua para la rehidratación y la recuperación. En medio de todo,
lo más recomendable es tomar con moderación.
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