La alimentación es fundamental durante el embarazo,
aunque en términos energéticos solo se requiere un aumento de tan solo 300 kcal
diarias, para suplir las necesidades de
una mamá gestando
Uno de los aspectos
más importantes cuando se desea iniciar esta etapa de la vida será gozar de un excelente estado de salud. Por
eso, antes de quedar embarazada,
lo primero que se debe tener es una alimentación balanceada, un óptimo
control de salud, buenos hábitos de higiene y estabilidad emocional.
Respecto a la nutrición, nunca hay que comer
por dos, pero si la alimentación deberá ser saludable, natural, variada y cada
tres horas. Las necesidades de energía que necesita una mujer gestando deben
ser cubiertas por todos los grupos de alimentos: cereales y granos, frutas,
vegetales, lácteos, carnes y grasas. En los tres primeros meses lo máximo que
se debe subir de peso son dos kilos
Durante la primera
etapa, el cuerpo producirá una gran cantidad de hormonas que van acompañadas de sus efectos colaterales. De tal
forma que el 70% de las mujeres experimentará náuseas y vómitos. Para no afectar el estado nutricional,
será mejor consumir alimentos ricos en calorías, haciendo comidas pequeñas varias veces al día para
lograr una mejor absorción de nutrientes.
Se recomienda consumir los líquidos entre las comidas y no con ellas.
Lo fundamental de una
dieta sana está en la selección de una variedad de alimentos que provean un
nivel de energía y nutrientes necesario para la
salud maternal, así como el desarrollo y crecimiento fetal. Por cuanto la
alimentación debe caracterizarse por algunos aspectos básicos.
Tomar
suficiente líquido: además de comer determinados alimentos. Debe intentar tomar 2 litros
diarios de líquidos (8 vasos).
Comer regularmente: no se ayuna ni se saltan comidas. El consumo de tres comidas diarias,
y si es necesario, varias meriendas al día, ayuda a mantener un suministro de
glucosa óptimo para el feto.
Usar
suplementos de vitaminas y minerales: ingesta diaria
de hierro, calcio y folatos. Los requerimientos de estos micronutrientes
aumentan considerablemente durante el embarazo, en especial durante los últimos
dos trimestres. El hierro aumenta a una cantidad muy difícil de suplir con la
dieta, por lo que se deben tomar suplementos, siempre de acuerdo a sus
indicaciones médicas.
Entre los alimentos
que no pueden faltar en la dieta
de la madre primeriza están aquellos que sean fuente de calcio, hierro, ácido fólico, vitaminas de
complejo B y vitamina A. Por ejemplo: lácteos y derivados, carnes rojas y
blancas, hortalizas, vegetales de colores intensos y las frutas.
Cabe señalar que el
consumo de alcohol puede
causar aborto espontáneo, muerte
fetal y una variedad de trastornos de por vida, conocidos como
trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF). Recuerde no abusar de los
suplementos dietéticos y consuma solo los medicamentos recetados por su médico.