Antes de iniciar un
régimen debes comprobar si es saludable, porque la mayoría son ineficaces y
comprometen el equilibro del organismo. El deseo de adelgazar y los intentos
sucesivos por lograrlo obedecen muchas veces a una motivación estética, más que
de salud.
Así, en lugar de
entender la dieta y la alimentación saludable como un estilo de vida, como un
concepto más amplio, más interesante y más rico, se enfoca como un simple medio
para alcanzar un fin; estar más guapos y delgados que antes, volver a usar la
ropa que nos ha quedado pequeña. Para muchas personas, los modelos de belleza
pesan más que la salud.
Y es ese deseo, donde
la esperanza y las expectativas hacen que usemos dietas milagrosas, los famosos quema grasas y los falsos gurús.
Cuesta imaginar un
libro de arquitectura que contradiga los principios fundamentales de la
construcción de edificios y estructuras, o uno de ingeniería que viole las
leyes de la física, las matemáticas o la aerodinámica. Sin embargo, los libros
de dietética que se saltan con alegría los fundamentos de la nutrición humana
son los más vendidos. No extraña que un consejo muy repetido por los expertos
sea "no se fíe de los libros, acuda a un dietista-nutricionista".
Para reconocer dichos
libros o cuándo estamos ante una propuesta dietética engañosa, resulta útil
considerar si dicho libro o manual está indexado en la biblioteca de una
Universidad de Nutrición Humana y Dietética. Si no lo está, lo apropiado es no
abrir sus páginas.
Ejemplos para no seguir
1. Dieta de la cerveza
La valoración por
parte de la Ciencia de la Nutrición es rotunda: "ineficaz y
peligrosa". Esta dieta no tiene en cuenta que el alcohol es, después del
tabaco, la segunda causa de mortalidad prevenible en Occidente.
2. Dieta "depurativa"
Es el caso de las que
usan diferentes preparados farmacológicos como hormonas tiroideas, anfetaminas,
diuréticos o laxantes, para "depurarnos" o
"desintoxicarnos". La incorporación de estas sustancias (muchas con
el adjetivo natural o vegetal) altera el delicado equilibrio del sistema
corporal, puede deshidratar, dañar de forma irreversible el hígado, los riñones
o la glándula tiroides, y en absoluto es útil para perder peso o mejorar la
salud. La mayoría de estos preparados en otros países se clasifican como
ilegales y se retiran del mercado. La Dirección General de Farmacia aconseja
desconfiar de los anuncios como "producto natural", "hecho con
plantas" o "de venta en farmacias".
3. Ayunos "terapéuticos"
Ayunar un día no
tiene consecuencia alguna sobre la salud. Pero, cuando esta práctica se alarga
y un "doctor" propone el ayuno de 7 a 11 días, las consecuencias pueden
ser nefastas. Entre ellas, intolerancia al frío, sequedad de piel y de la boca,
halitosis, cefalea... Al margen de estos efectos, lo más grave es que no solo
es ineficaz para educarnos en la alimentación saludable, sino que genera,
desorientación que incapacita al individuo para ser dueño de su propia salud.
4. Dieta del Sol
Consiste en mirar de
forma directa al Sol con la creencia de que ello permite, gracias a la energía
solar, complementar, mejorar o incluso
reemplazar la alimentación. Es una insensatez porque nuestros ojos no
poseen la clorofila que permite llevar a cabo la fotosíntesis que realiza un
helecho para convertir la energía solar en combustible. Mirar al Sol
deteriorará sin duda la salud ocular. Hay personas que han muerto tras
practicar este disparate.
5. Beber agua de mar
El cuerpo humano no
está diseñado para beber agua de mar, como tampoco lo está para respirar gas
butano. Esta dieta no sirve para mejorar la salud o perder peso, mientras que
sí puede empeorar de forma patente el estado de diferentes órganos y sistemas
corporales. Nunca la siga.
Aunque parezca fácil
reconocer estos timos peligrosos, lo cierto es que no resulta tan sencillo.
Casi todos, vienen muy bien presentados, incluyen opiniones de presuntos
especialistas, citan estudios inexistentes o poco fiables de universidades a
menudo inexistentes, incluyen «testimonios» que generan cercanía y, si son
libros, suelen estar bien escritos. En suma, resultan muy atractivos, pero
también resultan muy nocivos. TEN
CUIDADO