La mayor parte de las personas que hacen dieta y bajan de peso, lo recuperan
fácilmente, eso nos prueba que no solo el dejar de comer tiene que ver en los kilos que tenemos de más.
Libby Weaver, (especialista en Nutrición
Holística de la Universidad de Newcastle Australia) y experta en bioquímica de
la nutrición, estudió durante años el tema y descubrió que “la pérdida de peso
no es simplemente una cuestión de restringir calorías y autocontrol. Hay otros
factores que influencian y condicionan a largo plazo este objetivo”, por
ejemplo
1. El estrés: varias investigaciones científicas han estudiado la relación entre el estrés y la obesidad. Weaver afirma que es una de los principales culpables de que no pueda bajar de peso. Esto ocurre porque el cuerpo en estado de estrés produce mucha adrenalina y cortisol, lo que a su vez bloquea el metabolismo. Por eso, aumentan los niveles de glucosa en la sangre y puede producirse un exceso de grasa que se suma a un aumento del apetito. “El estrés tiene un impacto enorme en nuestra habilidad de perder peso y mantenernos en forma”. La autora recomienda practicar la respiración abdominal para relajar el cuerpo y eliminar los efectos negativos del estrés.
2. Desequilibrio
hormonal: Lo sufren con más frecuencia las mujeres, cuando
presentan una baja en los niveles de progesterona. Además del aumento de peso,
la retención de líquidos también es un efecto secundario de los desequilibrios
hormonales, lo que puede hinchar la barriga. Weaver recomienda consumir té de
hierbas durante un mes para eliminar esos síntomas y evitar por completo tomar
bebidas con cafeína.
3. Exceso de insulina: Es una hormona producida por el páncreas que cumple un papel crucial en el proceso metabólico, permite a las células del cuerpo absorber la glucosa de los alimentos. Es importante suspender los edulcorantes, las bebidas azucaradas y las harinas para cambiarlas por carbohidratos buenos que provengan de las frutas y verduras. Luego combinarlas con proteínas para disminuir la liberación de glucosa en la sangre y así requerir menos insulina. “Nada puede reemplazar una dieta saludable y nada puede deshacer lo que provoca una mala alimentación”, afirma Weaver.
4. El sistema nervioso: Los desórdenes nerviosos también pueden impedir que una persona controle su peso y caiga en la obesidad. El sistema nervioso simpático (SNS) acelera la función del organismo y lo prepara para la acción de luchar o huir, mientras que el sistema nervioso parasimpático (PNS) provoca una sensación de descanso o relajación. La mayoría de personas vive en alerta y hace trabajar más el SNS, lo que implica más estrés. Por esa razón, Weaver recomienda el taichi, yoga o Pilates.
5. Las emociones: El
componente emocional es uno de los factores que impide bajar de peso. Esto
lleva a las personas a buscar una vía de escape para liberar el estrés diario y
la encuentran en comer más. “No es la falta de educación lo que hace que la
gente busque un paquete de chocolates después de la cena. Es un vacío que
sienten que deben llenar de alguna forma”. Por tal motivo es importante
trabajar las emociones negativas mediante prácticas de meditación. Así, el
organismo sufrirá menos y no habrá desórdenes alimenticios que dañen los
esfuerzos de perder peso, estar en forma y lucir saludables.
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