Cada año por estas fechas muchos no recuerdan que tienen una parte negativa, y
es que las comidas y cenas copiosas, y la falta de ejercicio físico, que aunque
se realice a lo largo del año, durante esos días se suele descansar, hacen que engordemos una media de 2-3 kilos. No
debe sorprender, puesto que son días en los que además de hacer menús más
extensos, incluyendo aperitivos, postres,
bebidas con alcohol, etc., los platos que se elaboran son más
energéticos y calóricos, principalmente ricos en grasas y azúcares.
Junto a la alerta del riesgo de engordar te proponemos,
que empieces a seguir estas pautas:
1. Raciones más pequeñas: No hay que comer de forma inconsciente, pues seguro
que se come más de lo necesario, aunque se disfrute hay que intentar controlar
la cantidad de comida que se ingiere.
2. Incluir verduras y hortalizas: Tanto en los entrantes como para acompañar carnes o
pescados es conveniente recurrir a verduras y hortalizas antes que a otros
alimentos más energéticos como las papas y los cereales.
3. Limitar la ingesta de alcohol: Y además añadiríamos decantarse por los que aportan
algunos nutrientes, como el vino o la cerveza. Las bebidas alcohólicas de alta
graduación como la ginebra o el whisky aportan muchas calorías y nada más, lo
que se denominan ‘calorías vacías’.
4. Reducir o evitar el consumo de pan: No es que el pan se deba
suprimir de la dieta, es un alimento que debe formar parte de nuestras comidas,
pero, cuando se va a tomar una comida copiosa y energética se puede reducir o
eliminar su consumo para evitar sumar más calorías.
5. Postres ligeros: Es preferible tomar postres a base de frutas, más
refrescantes y digestivos, que otro tipo de postres cargados de azúcar y grasas.
6. No hacer dieta antes de las fiestas: Reducir la ingesta días antes de
las fiestas es un error, porque se va con predisposición a comer de más. Lo
ideal es alimentarse bien y que la comida
extra afecte lo menos posible, si se llega con mucha hambre a la cena, también
se comerá sin control.
7. Compensar los excesos: Lo apropiado después de una comida copiosa es
realizar una ligera, por ejemplo a base
de verduras y pescado a la plancha..
8. Dormir bien: Si se alteran las horas de sueño se produce la
alteración de la conducta, si se duerme menos se está más ansioso y se tiende a
elegir alimentos más energéticos y menos saludables, así que conviene respetar
el tiempo de descanso nocturno.
9. Realizar ejercicio: Aunque sea mínimo, siempre se puede sacar tiempo para
caminar al menos media hora, y eso ayuda a aligerar la ingesta y a quemar
calorías, aunque sean pocas. Las personas que habitualmente realizan actividad
física también controlan mejor los excesos.
10. Retomar la dieta equilibrada: Después de las fiestas no es necesario recurrir a
dietas milagro para perder el peso que se ha cogido, hay que volver a llevar una dieta
equilibrada, en la que se incluyan todos los grupos de alimentos. En el caso de querer
adelgazar un poco, se debe hacer una dieta pero sin restricciones peligrosas,
no deben faltar ni los hidratos de carbono, ni las grasas, ni las proteínas,
pero cada una se debe consumir en su justa medida.
no aprovechar que ya se han cometido excesos para
continuar comiendo dulces y otras comidas muy energéticas.
Comer despacio, no comer hasta no poder más, elaborar
los menús con alimentos que no sean muy energéticos y con métodos de cocción
que sean saludables, no pasarse con la sal, beber los dos litros de agua
diarios recomendados Volver a nuestro peso después de las fiestas será para
beneficio propio, si no lo hacemos nosotros por nuestra salud, ¿quién lo va a
hacer?
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