¿Qué alimentos comer durante el embarazo?
Una alimentación
adecuada es fundamental dentro de los cuidados prenatales y debería incluso
iniciarse como mínimo seis meses antes del embarazo. El consumo de hierro es
esencial en la etapa de gestación, tanto para la madre como para el bebé, pues
interviene en el desarrollo neurológico del embrión.
Se encuentra en las
carnes rojas, morcilla, hígado de ternera, carnes blancas (pollo, pavo),
pescados oscuros, lentejas, legumbres, huevos y cacao. También se recomienda el
consumo de ácido fólico, conocido como vitamina B9. Desde antes del embarazo
porque desempeña una función primordial en la formación del sistema nervioso
del feto e interviene en el desarrollo de glóbulos rojos. Lo encuentras en
espinacas, coles, lechuga, alverjas y zanahoria. También en las carnes rojas y
leguminosas como lentejas, garbanzos y maíz. Igualmente, alimentos con calcio
como los lácteos descremados, el ajonjolí; y el zinc del trigo y la calabaza,
también las vitaminas antioxidantes de las frutas y el omega 3 del pescado,
nueces, linaza y aceite de oliva.
La buena nutrición en la
infancia
El cerebro de los más
pequeños posee todas sus facultades mentales de manera potencial pero es
necesario que se establezcan conexiones neurales, y está demostrado que un
cerebro bien nutrido es clave para apoyar el desarrollo mental del bebé. El
nivel de DHA (Ácido docosaexanoico) del niño en los
primeros años de vida se correlaciona con el nivel de desarrollo de las
habilidades del lenguaje, visual, social, comunicativa y motriz. De manera que,
hablar de mejor índice de desarrollo en estos años es hablar de mejor capacidad
intelectual en la infancia y en la edad adulta.
El cerebro del recién
nacido es un tercio del tamaño del cerebro del adulto; sin embargo su
crecimiento es tan rápido que a los tres meses de vida ya alcanza la mitad del
tamaño del cerebro adulto. Por ello, los bebés necesitan un suministro óptimo
de ácidos grasos para apoyar su desarrollo cerebral.
Cómo lograr que
sus niños coman mejor
Falta de educación
nutricional. En esta frase se resumen todos los problemas de alimentación que afectan
a los niños, en su comportamiento y
hábitos que a largo plazo pueden derivar en conductas alimentarias inadecuadas.
Los padres creen que cuanto más gordito es el niño, más saludable está. Muchas veces
les sirven porciones abundantes que el
niño no puede comer y ejercen presión hasta que lo coma. El resultado de esta práctica es que cada vez
necesita más comida para quedar satisfecho. Igualmente, los adultos exigen a
los pequeños conductas que ellos mismos no ponen en práctica. Actualmente los
niños no consumen la cantidad adecuada de frutas y verduras, reemplazan estos
alimentos por productos industrializados altos en calorías, azúcares y grasas,
a lo que se suma que cada vez menos practican actividades lúdicas por el colegio,
la televisión o los juegos electrónicos.
Los alimentos nuevos: Introduzca uno a uno los alimentos, permítale al niño que toque el
alimento, aprecien su color, su aroma, su sabor. Debemos llevarlos al mercado,
permitirles que participen de la preparación de sus comidas y enseñarles los
beneficios de los alimentos
Cuánta comida deben consumir a diario: Entre 4 y 5 porciones de frutas (del tamaño del puño de su mano). Mínimo
dos porciones de verduras (del tamaño de sus dos manos en forma de taza); dos
porciones diarias de carne (del tamaño de la palma de la mano).
Entre cinco y seis de harinas (del tamaño de un puñito), incluye las legumbres.
Cinco porciones de lácteos (entre leche, yogur, queso); la mantequilla pura, puede untar una cucharadita diaria en los alimentos y usar aceite de oliva, menos en frituras.
Entre cinco y seis de harinas (del tamaño de un puñito), incluye las legumbres.
Cinco porciones de lácteos (entre leche, yogur, queso); la mantequilla pura, puede untar una cucharadita diaria en los alimentos y usar aceite de oliva, menos en frituras.
Claves de uso diario: Cuando rechace un alimento, presénteselo una y otra vez en el plato. Los
estudios demuestran que después de 15 veces, el alimento finalmente es aceptado
por el niño. Deje alimentos al alcance de los pequeños. No los obligue a comer. Los padres deben estar
relajados cuando los acompañan a comer. Deben darles cinco comidas al día, por lo
menos cada tres horas. Evite el picoteo entre estas. Minimice las distracciones durante la comida. No restrinja ningún alimento; en la
moderación está el éxito. Seleccione
alimentos que estén fortificados con vitaminas
y minerales. Seleccione los alimentos que tengan menor cantidad de azúcar y grasa. Modere
el uso de sal, inclúyala después del primer año de edad. A mayor actividad física, mayor es el apetito.
Permita que los niños corran, jueguen, salten y sean muy activos.
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