Parrilla tus ensaladas
Con la brasa en su punto, no solo pensemos en carnes,
podemos darnos otras opciones, como vegetales, así saldrás de la rutina. Los
vegetales a usar tendrían que ser de textura gruesa, pulpa firme y sin mucha
agua porque se deshidratarían. La berenjena, los pimientos morrones de colores,
calabacitas, zanahorias, champiñones y portobellos son los más adecuados.
Cuando se preparan ensaladas, lo que se busca es que
los vegetales mantengan su consistencia crocante, de ahí que hay que cuidar el
tiempo y su forma de cocción. En el caso de barnizarlos antes de llevar a las
brasas, se podría contemplar como base algún tipo de aceite, un agente ácido,
sal, pimienta y hierbas secas molidas.
Lo que la parrilla brindará será el sabor ahumado que
se concentrará aún más por el aceite y el calor de la brasa. El tiempo de
cocción dependerá de cada vegetal, pero lo ideal es que se marquen y que se
tome el sabor del combustible que se está utilizando.
Para llevarlos a las brazas los vamos a barnizar con
una vinagreta echa de pimienta, mostaza, vinagre, sal, y muchos aceites de
preferencia los aceites de olivo virgen extra.
A parte de los vegetales que ya hemos mencionado se
pueden usar por ejemplo: tomates, camotes, espárragos y papas.
Aprendiendo a preferir el agua
La ingesta de líquidos cobra una gran relevancia en el marco de un plan
integral de nutrición saludable, ya que en la infancia es cuando se afianzan
los hábitos. En la actualidad, el hábito sencillo y saludable de beber agua no
está instalado en la población, y mucho menos en los más chicos.
Es sabido que los buenos hábitos instalados durante la infancia y la
adolescencia acompañan durante toda la vida. Para ello, es muy importante el
trabajo conjunto de padres y escuela, donde los niños pasan muchas horas
diarias.
Trabajos realizados muestran que se puede estimular hábitos saludables con
intervenciones en las escuelas. En particular, han demostrado ser más efectivas
las iniciativas que se extendían en el largo plazo y las que se acercaban
además al núcleo familiar.
Las intervenciones escolares han demostrado mejoras sobre conocimiento de
salud y los comportamientos saludables asociados. También los padres debemos
dar el ejemplo para que nuestros hijos se vean incentivados a tomar agua. Lo
habremos logrado cuando un niño de entre 5 a 8 años le diga a sus padres me
gusta el agua, que rica es el agua, dame más agua.
Reducir el sodio en nuestra alimentación
Llega a nuestro plato en los alimentos industrializados y en
la comida que preparamos en casa cuando tenemos adicción a la sal. La cantidad diaria de sodio
recomendada es de aproximadamente 2.400 miligramos por día, pero la dieta de
muchas personas cruza este límite y favorece el desarrollo de muchas
enfermedades, entre ellas, la hipertensión.
Para evitar y tratar los problemas de salud relacionado al consumo excesivo de sodio en tu día a
día, nada mejor que reducir la cantidad de sal de tu comida y dar lugar
a opciones más saludables:
Sillao,
con él podemos hacer alimentos exquisitos, pero nos ofrece
una barbaridad de sal. Una buena alternativa es acompañar tus sushis o
demás platos con un simple zumo de limón o una receta más elaborada de limón, mostaza, cebolla y aceite
de oliva.
Macarrones
y sopas instantáneas: pese a su apariencia, estos alimentos son una bomba de calorías y
sodio. Un paquete de macarrones instantáneos puede tener 90% de la
recomendación diaria de sodio en una dieta saludable.
Sustituya
el sodio por especias y hierbas frescas. Para aliñar una ensalada prefiere limón, vinagre y
otras especias. Lo mismo vale para el arroz, guisos, pescados, carnes y demás.
Prueba la combinación de sabores como orégano, albahaca y culantro en tus
platos favoritos y reduce la ingestión de sal sin sacrificios.