Un embarazo planeado
puede comenzar seis meses o hasta un año antes a través de la alimentación, las
futuras mamás deben iniciar una dieta en la que incluyan sólo alimentos
saludables para desintoxicar y fortalecer su cuerpo.
Debemos tener tres precauciones:
La primera es evitar
al máximo el consumo de alimentos colorantes, aditivos, conservadores,
enlatados, embutidos y procesados. Porque cada vez son más los niños que nacen
con alergias y depende mucho de la alimentación materna.
La segunda es aportar
la cantidad adecuada de ácido fólico, ya sea a través de verduras de color
verde o de suplementos.
Y la tercera, es
mantener un peso adecuado. Si ya sabemos que tenemos sobrepeso, es conveniente
hacer una dieta para bajarlo porque podrían surgir problemas de hipertensión
gestacional, diabetes o colesterol elevado.
DURANTE LA GESTACIÓN
Con la alimentación
adecuada, las mujeres embarazadas sólo deben subir 500 gramos por mes, máximo
un kilo. No obstante, en los primeros tres meses es más común que bajen de
peso. En este periodo es básico eliminar el consumo de alimentos salados, como
galletas, frituras y la misma sal de mesa, y ya estar consumiendo ácido fólico.
En el segundo
trimestre, es importante el hierro, para absorberlo mejor, se necesita Vitamina
C. Y en el tercer trimestre, como comienza el crecimiento óseo del bebé, debe
aumentar el aporte de calcio y para la absorción está la vitamina D, que se
encuentra en grasas, como la yema de huevo o la margarina, y también se puede
obtener exponiéndose al sol por periodos cortos,
Otra recomendación es
el consumo de Omega 3, presente en los pescados, ayuda a que el bebé desarrolle
mejor el sistema neurológico y cognoscitivo.
¿DE ANTOJO?
Los antojos son un
mito, hay investigaciones que demuestran que dependiendo de la situación
familiar las embarazadas tienen antojos o no, son más bien la manera en la que
el cuerpo pide lo que le hace falta. El
cuerpo es sabio y te va comunicando lo que necesita, cada trimestre.
Por esto, es
importante que las mujeres varíen el color de las frutas y verduras para que
aporten diversos nutrientes. Es importante que tomen agua simple o de alguna
fruta natural y eviten café, chocolate, té verde, refrescos y cualquier bebida
con cafeína. También son importantes las verduras verdes, el huevo es básico
por la lecitina. También son importantes las grasas de nueces, almendras, además
de hacer ejercicio para oxigenar al bebé.
Tienes que estar
preparada para tomar las decisiones más correctas, te debes sentir bien por
dentro y por fuera
LOS RECHAZOS
También son
frecuentes las “aversiones” o “rechazos” por determinados alimentos, como el
alcohol, el café o las carnes, entre otros, que no necesariamente son
perjudiciales. Una de las posibles causas de las aversiones alimentarias se
atribuye a la revolución hormonal propia de la etapa de gestación.
LA PICA
Es un apetito
aberrante por productos tales como tierra, greda, hielo, papel, pasta de diente
u otro material que no es un alimento habitual. Se la ha asociado al déficit de
micronutrientes (hierro y zinc entre otros), aunque no ha sido adecuadamente
demostrado. Puede determinar una malnutrición al desplazar nutrientes
esenciales de la alimentación. Muchos de estos comportamientos pueden deberse a
costumbres y tradiciones que pasan de madres a hijas.
LA FALTA DE YODO
Es imprescindible para la
producción de hormonas tiroideas y está implicado en muchas funciones
fisiológicas. La deficiencia acarrea el agrandamiento de la glándula tiroides.
El efecto más dañino se produce en las madres gestantes, que no pueden pasar
las necesarias hormonas tiroideas al feto. El yodo está en la leche, mariscos y pescados.
Según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), menos del 90% de los
hogares consume sal yodada. En los países en los que se ha erradicado por
completo la deficiencia en yodo se ha optado por incluir la sal yodada en toda
la cadena alimentaria.
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