jueves, 6 de noviembre de 2014

EL DESARROLLO DE NUESTROS NIÑOS DESDE ANTES DE SU NACIMIENTO

Numerosas investigaciones evidencian que la nutrición durante los primeros mil días de vida, contados desde la concepción y abarcando toda la gestación y hasta los dos años de edad, juega un papel preponderante en el potencial de desarrollo físico e intelectual del adulto futuro. Entre los factores determinantes, se encuentra la alimentación de la mujer antes y durante el embarazo y por supuesto la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida. Dos terceras partes de los niños reciben otros alimentos antes del sexto mes. Lograr la lactancia exclusiva hasta los seis meses implica que las familias reconozcan la importancia de no introducir otros alimentos (especialmente leche de vaca)

Por su parte la Dra. Adriana Fernández, médica especialista en nutrición infantil y Jefa del Servicio de Nutrición y Dietoterapia del Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata, destacó la importancia de la situación nutricional de la embarazada y de los niños pequeños, especialmente respecto de nutrientes críticos como vitamina A, ácido fólico, hierro, zinc y vitamina D: “hay acciones en términos nutricionales que se pueden ejercer sobre las poblaciones vulnerables, que si bien están descriptas desde hace mucho tiempo, no siempre llegan a la población de manera oportuna, como por ejemplo la suplementación con ácido fólico, hierro y la adecuada ingesta de calcio en la embarazada”.

La Programación Nutricional Temprana comienza desde el vientre materno; luego del nacimiento, la alimentación ideal es la leche materna, por lo que es esencial promover la lactancia materna, según lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS)

También es importante, y de aparición muy frecuente en las investigaciones, la carencia de micronutrientes como hierro y la vitamina A y C, y de DHA (ácido docosaexanoico), cuya escasez puede dejar consecuencias para el desarrollo; ya que cuando el bebé comienza a incorporar alimentos, éstos no siempre poseen la calidad nutricional imprescindible para sostener la elevada velocidad de crecimiento de esta etapa de la vida.

Los médicos coinciden en que en general, estos conceptos no son ampliamente conocidos. La mayoría de los padres (o futuros padres) no saben que las elecciones nutricionales hechas en las etapas tempranas de la vida impactan en el desarrollo a largo plazo de su hijo. Aunque los padres están continuamente buscando información, lo que encuentran no siempre es confiable. Entre las fuentes de información utilizadas (familia, amigos, Internet, profesionales de la salud: médicos, nutricionistas, enfermeros), sin dudas las fuentes más confiables son los profesionales de la salud: una buena nutrición puede tener un gran impacto en el futuro de esos niños, y es preciso que los profesionales aprovechen cada consulta para recordárselo a los padres.
Influenciando los genes
Aunque los genes heredados al nacimiento no pueden cambiarse, el cuidado integral del bebé durante el período que va desde la concepción, gestación y después del nacimiento a lo largo de la primera infancia, puede influir en la forma en que funcionan los genes. Esto se logra por mecanismos epigenéticos (es el estudio de factores no genéticos, que intervienen en el desarrollo de un organismo) que responden a diversos factores ambientales, entre los que la nutrición juega un rol fundamental.

“Un claro ejemplo que explica el concepto de la ‘epigenética’ se da en las abejas, donde la abeja obrera y la abeja reina comparten la misma información genética, pero mientras la obrera vive 15 días y no se puede reproducir, la reina, al ser alimentada con jalea real, logra una supervivencia de un año y medio y se reproduce en la colonia: son los mismos genes pero una y otra no recibieron lo mismo luego de nacer. En las personas dependerá de la alimentación y del medio ambiente desde antes de que la mamá se embarace hasta los primeros años de vida del bebé”,



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