Cuando tenemos la agenda a tope y el tiempo no nos da para cocinar,
solemos comer peor que nunca. Sin embargo, para enfrentar el estrés la
alimentación es crucial.
Algunos alimentos nos ayudan a estabilizar nuestros
niveles de azúcar en sangre y nuestra respuesta
emocional a situaciones de tensión. Desde luego no es momento para alimentarse
con comida rápida, ni alimentos procesados.
¿Qué tipos de comida
son los más convenientes?
ü Vegetales de hoja verde. La espinaca, rica
en folato, que ayuda a generar dopamina, un compuesto químico que se relaciona
con la calma y el placer, y además mejora el humor en las próximas 24 horas.
ü Pechuga de pavo. El triptófano, un antidepresivo de origen
natural que se encuentra e en esta carne es un aminoácido que produce
serotonina, un componente químico que modula los sentimientos de enfado, ira y
potencia la sensación de felicidad. Los frutos secos, algunas semillas, el
tofu, el pescado, las lentejas, los frejoles y los huevos también contienen
triptófano.
ü Avena. Algunos carbohidratos ayudan al cerebro a elaborar
serotonina, Pero pueden causar picos de azúcar en sangre que nos son
beneficiosos para algunas personas, por eso se recomiendan los carbohidratos
complejos como la avena que no produce los picos de glucosa y sí genera sus
beneficios en materia de bienestar.
ü Yogur. De acuerdo con un estudio de 2013 las personas sanas
que consumen yogurt con probióticos reducen la actividad cerebral que irrita e
inflama al intestino en situaciones de estrés emocional.
ü Salmón. Cuando estamos estresados liberamos adrenalina y
cortisol, las hormonas de la ansiedad. Los ácidos grasos omega 3 presentes en
el salmón tienen propiedades anti inflamatorias que pueden contrarrestar los
efectos negativos del estrés sobre el organismo.
Hábitos que adelgazan aunque no hagas dieta
Funcionan aunque no
lo parezca, por su sencillez y por el hecho de que tienen más que ver con el
sentido común, pero lo cierto es que si los sigues a rajatabla, notarás que,
como mínimo, no aumentas de peso.
·
Come en platos pequeños. Si te sirves en un plato
pequeño comerás menos. Aunque puedas levantarte a servirte otra vez, al parecer
no lo harás porque el cerebro percibe que la cantidad de comida que hay en el
plato es suficiente y mandará antes la señal de saciedad. Funciona como una
ilusión óptica llamada La ilusión de Delboeuf.
·
Vigila las proporciones. Divide el plato en cuatro partes.
Dos cuartas partes llénalas con verduras, vegetales y frutas. La otra cuarta
parte es para las proteínas, la última cuarta parte del plato resérvala para
los granos y semillas. Por supuesto hay guisos, sopas o recetas de pasta que
pueden combinar todos estos elementos, pero la idea es mantener en mente esa
proporción.
· Elige siempre comida con
color. Verduras de colores diferentes suponen variedad de
fitonutrientes. Mientras más mezcla de colores haya en tu plato más sana será
tu dieta, y más fibra tendrá. Pon un mínimo de tres colores en tu plato cada
día.
·
Elimina el picoteo poco
sano. Esta es una regla de oro y una de las más duras de
cumplir. Cuando tengas ganas de picar algo puedes hacer otras cosas, como,
salir a dar un pequeño paseo, o tomar un vaso con agua, o llamar a un amigo o
revisar Facebook.
·
Sé consciente de lo que comes. La practica consiste en comer con
bocados pequeños y masticar lentamente. Poner los cubiertos en la
mesa mientras masticas. Alarga la comida. Si estás picando o merendando algo,
sírvete la porción que vas a comer y no te lleves la caja a la mesa.
La parte mental consiste en prepararse para prestar atención a lo que vamos
a comer. Sin televisión, ordenadores o teléfonos que te distraigan. Si puedes
comer en compañía, mucho mejor. Sé consciente de cada bocado. El sentimiento de
saciedad será más obvio que si comes mucha comida a lo loco y sin prestar mucha
atención.
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