lunes, 7 de septiembre de 2015

LA VERDAD SOBRE LA ADICCION A LA COMIDA

La ciencia comienza a admitir la naturaleza adictiva de ciertos alimentos, y el modo que participan dos neurotransmisores: la dopamina y la serotonina.
En los últimos 50 años se está viendo un fenómeno nunca antes visto. Por primera vez a nivel mundial hay más personas excedidas de peso que personas con desnutrición.
En el mundo occidental para que ocurra tal exceso mucho tiene que ver nuestro sedentarismo, nuestra falta de tiempo para realizar actividades de recreación, el modo en que afrontamos el estrés cotidiano, el impacto de la propaganda de comida, la promoción que hace la industria alimentaria especialmente para los niños, el poder adictivo de los dulces y harinas, entre otros. La principal equivocación es creer que esta “adicción a la comida” tiene una causa única. Ahora nos estamos dando cuenta de que en realidad tiene el mismo conjunto de causas que hacen que las enfermedades crónicas relacionadas con la mala alimentación se estén convirtiendo en epidemia: diabetes, obesidad, sobrepeso, hipertensión arterial, colesterol alto, problemas de artrosis causados por el exceso de peso.

Dopamina: El trabajo preliminar de estas revelaciones fue preparado por la Dra. Nora Volkow, psiquiatra y actual directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA) de EE.UU., con una manifiesta debilidad compulsiva por el chocolate. Su primer descubrimiento se valió de imágenes del cerebro de alta calidad con resonancias magnéticas y tomografías con emisión de positrones (TEP). En su estudio, la Dra. Volkow se dio cuenta de que uno NO sentirá placer o recompensa a menos que la dopamina se una con su receptor, llamado receptor D2. Los receptores D2 están localizados en todo el centro de recompensa del cerebro. Cuando la dopamina se une a este receptor, uno experimenta una explosión de placer.
Ahora bien: ¿cómo es que comer una deliciosa pera te hará sentir placer, pero no es probable que genere adicción, mientras que comer tarta de manzana con crema batida puede causarte placer y además compulsión por comerla una, otra y otra vez?
El comportamiento adictivo ocurre especialmente con lo que llamamos "alimentos súper deliciosos", elaborados a base de azúcares sales, grasas y cereales refinados
¿Pero qué sucede si esa tarta exquisita está disponible todo el día, todos los días de nuestra vida? Ahí tenemos un problema. Las personas que tienen desajustes emocionales, en especial si sufren de estados de ansiedad o depresión, son mucho más vulnerables a desarrollar un comportamiento adictivo.
Cuando uno se permite demasiados de estos híper estímulos ya sea con cocaína, azúcar, harinas, alcohol o sexo, el cerebro percibe que está estimulado en exceso, y lo compensa reduciendo la intensidad del placer. Esto lo hace disminuyendo la cantidad de receptores D2 disponibles. Pero esta estrategia para adaptarse genera otro problema, porque ahora uno NO siente tanto placer cuando toma su dosis, de lo que sea. Como resultado, desarrolla más tolerancia, y la adicción se hace más fuerte, por lo que tiene que consumir más para obtener el mismo efecto.

Serotonina: Por otro lado, la endocrinóloga Daniela Jakubowicz viene sosteniendo que la adicción a la comida tiene mucho que ver con los niveles diarios inconstantes de serotonina de los obesos. Esta médica sostiene que “los obesos no comen voluntariamente, sino obligados por fuerzas adictivas que se apoderan de ellos y les imponen el consumo de carbohidratos a las horas que más engordan, que es al atardecer”. Este comportamiento tan típico de los obesos se debe a las oscilaciones que presenta la serotonina cerebral. Esta sustancia posee reconocidos efectos antidepresivos.
La tristeza que produce el marcado descenso de la serotonina en las tardes se revierte de inmediato cuando ingerimos un chocolate o una golosina. El pan, los dulces y en general todos los carbohidratos refinados elevan la serotonina en forma instantánea, convirtiendo la tristeza en alegría y felicidad. Jakubowicz cree que muchas personas utilizan estas propiedades antidepresivas y sedantes de los dulces y harinas para aliviar sus angustias y ansiedades.
La adicción se agrava cuando los obesos inician una dieta de pocas calorías, que usualmente es también baja en carbohidratos. Es por esto mismo que ella recomienda especialmente la importancia de seguir planes de alimentación que sean ricos en proteínas y dulces/harina en especial durante el desayuno.





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