Durante la última
década, ha habido un rápido aumento en la prevalencia de obesidad, que es
paralela al igualmente rápido aumento de diabetes tipo 2. El término Diabesidad,
acuñado por Sims en 1970, describe la estrecha relación entre diabetes tipo 2 y
obesidad: hay evidencia clínica que atestigua la relación entre una y otra, y
el riesgo elevado para el desarrollo de diabetes tipo 2.
La Organización
Mundial de la Salud (OMS) considera que la obesidad es una epidemia mundial.
Las estadísticas arrojan que 1,6 billones de adultos en todo el mundo tienen
sobrepeso (IMC 25,0-29,9 kg/m2) y 400 millones son obesos (IMC = 30 kg/m2).
Para el año 2015, 2,3 billones de adultos tendrán sobrepeso y más de 700
millones serán obesos, de acuerdo con proyecciones de la OMS.
La obesidad resulta
de un desequilibrio entre la ingesta energética y el gasto energético. La
principal causa de este problema, está relacionado con un sedentario estilo de
vida asociado a un consumo excesivo de alimentos que afecta tanto a adultos
como a niños. En estos últimos, también a través de estudios observacionales,
se ha planteado la hipótesis de que la mala nutrición fetal es un factor de
riesgo para obesidad y diabetes tipo 2 más tarde, en la edad adulta.
Además de problemas
socioculturales y ambientales, las personas pueden tener una predisposición
genética para obesidad. La hipótesis del genotipo “ahorrador”, manifiesta que
las fluctuaciones entre la escasez y abundancia de alimentos en el periodo
paleolítico, y que hacían necesario el almacenamiento de grasa, podría haber
dado lugar a una predisposición genética a obesidad y diabetes en poblaciones
en donde hoy no existen períodos de escasez, sino una oferta continua de alimentos
ricos en calorías.
La importancia de un buen control
El riesgo de diabetes
tipo II está en relación con el grado de exceso de peso, aumenta tres veces el
riesgo con un índice de masa corporal (IMC) de 25,0 a 29,9 kg/m2 y 20 veces con
un IMC superior a 30 kg/m2. Es la acumulación de grasa a nivel abdominal la que
se relaciona con el mayor riesgo para el desarrollo de diabetes
La importancia de
esta enfermedad radica en que, si no es bien controlada, aumenta el riesgo de
desarrollar una amplia gama de complicaciones macro vasculares: como Infarto de
miocardio, accidente cerebro vascular, amputación de miembros inferiores, e
impotencia sexual; y micro vascular como ceguera, hormigueo o pérdida de
sensibilidad en piernas e insuficiencia renal. Los resultados son
significativamente peores en los pacientes diabéticos tipo 2 que además son
obesos, debido a que está ligada al desarrollo de comorbilidades adicionales: hipertensión
arterial, dislipemia, osteoartritis, apnea obstructiva del sueño y depresión
clínica que aceleran el tiempo de presentación de las complicaciones.
El tiempo desde el
inicio de la enfermedad y la aparición de complicaciones varía, es relevante
destacar que con un buen control, es totalmente posible convivir con ella sin
desarrollar complicaciones. Debemos tener en cuenta que el control de la
presión arterial, lípidos en sangre, y la abstinencia de fumar, ayudan a
disminuir el riesgo y progresión de las complicaciones asociadas a diabetes.
Como prevenir esta asociación
La prevención de
ganancia de peso debe ser un objetivo principal. S deben hacer cambios en el
estilo de vida, con especial atención en la alimentación saludable y el
ejercicio. Estos cambios en el estilo de vida no sólo previenen la aparición de
diabetes tipo 2 en pacientes con sobrepeso u obesidad, sino que también mejoran
el curso de la diabetes asociada a estas últimas.
Criterios de buen control de Enfermedad Diabética.
• Glucemia en ayunas: menor a 110mg/dl
• Glucemia postprandial: menor a 140 mg/dl.
HbA1c: menor
a 6,5 %
• Colesterol: menor a 200 mg/dl
• Triglicéridos: menor a 140 mg/dl
• Tensión Arterial: menor a 135/80 mmhg.
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