Con la llegada del
frío pasamos más tiempo en casa, por lo que tendemos a comer más y normalmente
productos más calóricos. Pero, es posible llevar una dieta variada, adecuada a
las bajas temperaturas y que incluya alimentos de temporada. Solo requiere de nuestra
planificación y creatividad para no perder el equilibrio calórico que logramos
en la alimentación durante otras estaciones del año.
Recomendaciones:
·
Brócoli y hojas verdes crudas. El primero es rico en
vitamina C y antioxidantes y muy bajo en calorías. Las segundas aportan
clorofila con efecto depurativo y enzimas.
·
Las del grupo C (fresas,
pimientos verdes, coles de Bruselas y melón) y E (espinacas,
frutos secos, maní) que tienen también una excelente capacidad antioxidante y
agilizan la depuración de los productos tóxicos.
·
Cereales y legumbres. Son fuente de energía necesaria
para afrontar las bajas temperaturas. La clave está en escoger aquellos que más
fibra contienen, por ejemplo, los cereales integrales, los granos enteros y las
legumbres, ya que junto a su energía y su fibra, aportan más vitaminas y
minerales que los refinados.
·
Ensaladas. Podemos recurrir a ensaladas templadas de
verduras asadas o bien salteadas crujientes. También podemos incorporar colores
a la ensalada tradicional, incluyendo frutas y verduras de temporada que nos
ayudarán a mantener una dieta sin carencias nutricionales.
·
Frutos secos. Las almendras contienen mucho calcio y
son ideales para mantener los huesos en buen estado. Son muy recomendables para
personas mayores que pueden tener más facilidad en descalcificarse, sobre todo
las mujeres que se encuentren en la postmenopausia, y también para los niños.
·
Infusiones y bebidas. Se recomienda el consumo té de
frutas en jugos hechos en casa y té verde u otras infusiones. Conviene reducir
e incluso eliminar de la dieta sustancias tóxicas y excitantes como la cafeína.
También las bebidas estimulantes: excitan pero no nutren y su uso continuado
produce desgaste nervioso, agotamiento y falta de adaptación al estrés.
·
Sopas y caldos. El invierno es un buen momento para
incorporar sopas. Pueden ser de zanahoria, calabaza, o cualquiera de las sopas
que le gusten. Mejor si son caseras, porque las instantáneas contienen muchos aditivos.
Su gran contenido acuoso nos ayudará a hidratarnos al tiempo que proporcionan
pocas calorías.
·
Frutas. Podemos aprovechar las frutas cítricas de esta
época del año, que son ricas en vitaminas y antioxidantes. Algunos ejemplos son
el kiwi, la naranja, la mandarina y la toronja.(Si tiene la presión baja, mejor
no la consuma).
·
Proteínas. Sean de origen animal o vegetal, no podemos
dejar de vigilar su contenido en grasa, pues el cuerpo solo requiere un poco
más de calorías en invierno para mantener la temperatura corporal.
·
Ejercicio físico. Debemos mantener el ritmo de
ejercicio habitual e incluso incrementarlo para que el cuerpo se encuentre en
forma, con defensas y fuerte para enfrentar el invierno.
·
Siempre que recurramos a la imaginación y utilicemos
los productos que la naturaleza nos ofrece en esta época del año, podremos
llevar una dieta sana y equilibrada que prevenga el desarrollo de enfermedades
propias del invierno, y evite un aumento de peso indeseado.
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