Gracias a sus
propiedades nutricionales, la chía, el sésamo y el lino son cada vez más
populares en la dieta. Se pueden consumir crudas, a cualquier edad y casi sin
restricciones.
Nutricionalmente,
las semillas se destacan por su valor energético, que puede ser a expensas del
contenido en carbohidratos. Además, son
ricas en sustancias antioxidantes que también colaboran con un rol
cardioprotector. La presencia de fibras también está entre sus principales
propiedades, influyendo sobre un correcto desarrollo de la función intestinal.
Hoy las semillas que
más se usan son la chía, la linaza y las de ajonjolí, tienen un buen aporte de
proteínas vegetales que por su composición, complementadas con otros alimentos,
pueden generar mezclas proteicas de buena calidad.
La chia, es un pequeño
grano oscuro que se destaca por su aporte en ácidos grasos omega 3 y omega
6, es rica en fibra del tipo soluble,
potasio, fósforo, magnesio y calcio. La chía se puede consumir sola o mezclada
con otros alimentos, pero es importante que la semilla sea masticada o molida,
de lo contrario no puede metabolizarse
correctamente.
La linaza es una de
las principales fuentes de omega 3 de origen vegetal posee gran cantidad de
fibra, minerales y es rica en vitaminas del grupo B, con beneficios para el
cerebro, el sistema digestivo y la piel, además de potenciar la energía a nivel
general. Por su alto contenido en ácido fólico, es muy recomendable para las
mujeres embarazadas.
El ajonjolí,
a diferencia de las otras semillas, tiene un alto contenido de lecitinas,
componente fundamental del tejido nervioso, al tiempo que interviene en el
funcionamiento de las glándulas sexuales.
Las semillas, son fáciles de usar. La mayoría
se puede agregar sobre ensaladas o en la corteza de los panes, en alguna torta, en salsas o
incluso postres, También se pueden incluir en batidos, licuando cualquier fruta
fresca de estación y sumando las semillas remojadas, como la chía o el lino.
Todos los paladares las pueden consumir
Gracias
a su rica composición nutricional, las semillas pueden utilizarse en todas las
etapas de la vida. Además, como suelen consumirse en pequeñas cantidades, no es
necesario restringir su uso. De todos modos, para quienes estén controlando su
peso corporal, en niños o adultos mayores, es importante el asesoramiento
profesional. Por su alto contenido graso.
Hoy en día las personas están cada vez
más informadas acerca del rol de una alimentación saludable en todas las etapas
de la vida y de a poco van diversificando las opciones de consumo, buscando
nuevos sabores y texturas.
Cómo comer las semillas
Sólo hay una manera
de obtener los nutrientes de las semillas y es comerlas crudas.
Una vez que son
expuestas al calor, producen sustancias tóxicas y las vitaminas, minerales y
perfiles de aceites esenciales se desnaturalizan. No hay semilla en
la tierra que pueda soportar ser asada o calentada sin romper sus componentes
nutricionales. Recuerde siempre, coma las semillas en su forma natural. Esto
también significa que pueden ser remojadas, molidas o en puré, especialmente si
la cáscara o capa de una semilla es demasiado difícil de penetrar con los
dientes. Elija semillas crudas y sin sal y evite las semillas recubiertas de
azúcar
.
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