El glifosato es un herbicida de amplio
espectro y el que se produce en mayor cantidad a nivel mundial. Es la sustancia
activa que se emplea en más de 750 formulaciones comerciales diferentes para
usos agrícolas, forestales, urbanos y aplicaciones domésticas. Alrededor del
80% de los cultivos transgénicos en el mundo han sido diseñados para crecer con
glifosato..
La Agencia Internacional de Investigación
contra el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha
declarado en la última reunión de marzo de 2015 (Lyon-Francia) que hay
suficientes evidencias científicas para considerar que el herbicida más
ampliamente empleado glifosato es “probablemente carcinógeno humano”.
La investigación del
IARC concluye lo siguiente:
El glifosato ha sido detectado en el aire por
fumigación, en el agua y en la alimentación.
En estudios de control de caso por exposición
ocupacional en los Estados Unidos, Canadá y Suecia se ha detectado un aumento
de los riesgos de contraer linfoma no Hodgkin,
En ratones de sexo masculino, un estudio ha
probado que el glifosato provoca una tendencia positiva de desarrollar
carcinoma túbulo renal, un tumor muy raro.
Un segundo estudio en ratones machos encontró
también una tendencia positiva de hemangiosarcoma. En otros dos estudios con
rata macho, el glifosato aumentó los islotes de adenoma de células
pancreáticas. Una formulación del glifosato promueve tumores de piel en
estudios con ratones.
Se ha detectado glifosato en sangre y en
orina de trabajadores agrícolas, lo que indica que es absorbido. Tras todas
estas evidencias, el grupo de trabajo del IARC calificó al glifosato como
“probablemente carcinógeno en humanos” (categoría 2A) porque, aunque la
evidencia es “limitada” en humanos, es “suficiente” en animales
La OMS debería exigir la retirada de todas
las formulaciones de glifosato del mercado de forma fulminante y Naciones
Unidas iniciar una investigación para evaluar los daños y perjuicios causados
en estas fumigaciones masivas, indemnizar a los afectados y encausar a los
culpables. La OMS y los gobiernos, en lugar de proteger los intereses de esta
multinacional agroquímico-biotecnológica, deberían tomarse en serio los daños
que los agros tóxicos en general y el glifosato en particular, causan en la
salud de personas, animales y en la contaminación de suelos y aguas elaborando
un plan para su erradicación.
Se ha iniciado ya la décima edición de la
Semana Sin Pesticidas porque es el momento en que no más agro tóxicos se empleen
en los campos. Esta campaña internacional (desarrollada en 127 países por más
de 400 asociaciones), alerta sobre los daños para la salud de las personas y
del medio ambiente y promociona alternativas saludables,
Exigimos la prohibición del glifosato dadas
las evidencias científicas recientemente reveladas, pero también de los
cultivos y alimentos transgénicos que, aunque en superficie agrícola supongan
una proporción pequeña, son el modelo más desarrollado de la agricultura
química y la mayoría son resistentes a glifosato o emitiendo pesticidas como el
maíz transgénico
La mejor forma de reducir el uso de
plaguicidas es aumentar el consumo de alimentos ecológicos promoviendo el
crecimiento de una dieta abundante en frutas y verduras ecológicas y de
temporada en circuitos cortos de comercialización que arrincone a la producción
industrial y globalizada de alimentos cargada de tóxicos, proteína animal y
cereales y azúcares refinados responsables de obesidad, diabetes, cardiopatías,
enfermedades auto inmunes y cáncer.
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